El Inicio de la Telefonía en México
Desde que surgió a la vida independiente, México buscó el camino de su desarrollo. Un ejemplo de ello fue el primer enlace telefónico, realizado el 13 de marzo de 1878, entre la ciudad de México y la población de Tlalpan (a una distancia de 16 kilómetros), con la consiguiente admiración popular.
Meses después, la Alfred Westrup & Co. obtuvo permiso para instalar una red telefónica entre la Inspección General de Policía, sus seis Comisarías, la oficina del Gobernador de la Ciudad y el Ministerio de Gobernación; y en 1881, el empresario estadounidense Greenwood obtuvo otra para instalar una red telefónica en la ciudad de México con lo que inició el tendido del cableado público. Pero los habitantes se quejaron de que "los postes y alambres colocados perjudicaban el buen aspecto de la ciudad" y fue necesario explicar la utilidad del Teléfono para lograr que se aceptara.
Varios extranjeros también deseaban prestar este servicio en México, así que se asociaron con la Compañía Telefónica Mexicana (sustentada técnica y financieramente por la Western Electric Telephone Co.) para constituir una nueva empresa en 1882. Sus oficinas se ubicaron en Santa Isabel número 6 l/2, donde hoy se encuentra el Palacio de Bellas Artes.
Al año siguiente esta compañía llevó a cabo la primera conferencia de Larga Distancia internacional entre las Ciudades de Matamoros, Tamaulipas, y el Puerto de Brownsville, Texas, en los Estados Unidos y, muy pronto, obtuvo la concesión para ofrecer el servicio público telefónico.
En menos de seis años ya contaban con 800 suscriptores y editaron el primer Directorio Telefónico. Pero un año después, en 1889, el número de clientes creció con la introducción del teléfono de extensión, los aparatos de escritorio tipo "candelero" y el servicio telefónico de veladores, para dejar mensajes nocturnos que las operadoras entregaban al día siguiente.
En 1891 inició el servicio telefónico local en diversas ciudades del país, donde la Telefónica compraba las pequeñas compañías que lo otorgaban. Con más clientes, en 1894 la Telefónica editó, en su directorio, la primera "sección clasificada" y contrató operadoras que dominaran el idioma inglés, para atender mejor a los suscriptores extranjeros.
Sin embargo, un hecho revolucionaría a la naciente industria telefónica, cuando José Sitzenstätter se relacionó con la L. M. Ericsson de Estocolmo para venderle su concesión en 1905, la cual permitía la explotación del servicio telefónico en la capital y alrededores. Iniciaba la competencia.
En el mismo año la Compañía Telefónica Mexicana aumentó su capital y cambió a Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, S.A.
Dos años después la Compañía de Teléfonos Ericsson, S.A., filial de la sueca Mexikanska Telefonaktiebolaget Ericsson, inauguró su servicio el 1 de octubre con 300 suscriptores. A fin de año contaba ya con 650.
Con la Revolución Mexicana los planes de desarrollo de todos los sectores económicos del país cambiaron. La telefonía no fue la excepción, aunque no sufrió las pérdidas de la telegrafía y el ferrocarril. Prueba de ello, es que en 1911 la Ericsson construyó líneas de Tlalnepantla a Cuautitlán, para iniciar el servicio interurbano. Como presidente, Madero estableció que el gobierno tendría preferencia para hacer uso gratuito de la comunicación telefónica a fin de tratar asuntos oficiales, con las restricciones necesarias.
Pero después las compañías telefónicas frenaron su ritmo de crecimiento, no sólo por la revolucióna sino también por el inicio de la Primera Guerra Mundial, ya que en 1914 los materiales telefónicos escaseaban, porque la materia prima de éstos se destinó a la fabricación de armamentos. La Ericsson se había protegido de los acontecimientos nacionales con las gestiones del coronel sueco Thord Hallstrom, miembro del estado mayor del general Villa. Pero en el ámbito internacional la guerra acarreó como consecuencia el aumento de precio de los materiales.
En tanto a la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana se le intervino el servicio el 6 de enero de 1915, pues los conflictos laborales se agudizaron tanto que el gobierno embargó las redes de la empresa. Esta situación tardaría diez años en resolverse.
De conformidad con la nueva Constitución, el gobierno emitió una ley que incrementaba el monto de los impuestos, incluido el que gravaba al servicio telefónico, y que habría de suprimirse en 1920.
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Llamando desde México al Mundo.
Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, en el ámbito de las telecomunicaciones, y en especial en el de la telefonía, iniciaron los planes de utilizar las comunicaciones eléctricas con ondas portadoras. La Ericsson, que ya tenía 32 concesiones para ofrecer servicio público y privado, adquirió dos estaciones portátiles inalámbricas con un radio de comunicación de 200 kilómetros. Con lo que introdujo en México el sistema telefónico automático, que sería inaugurado años después y sustituiría gradualmente al sistema de operadoras.
En 1924 la compañía Ericsson inauguró la primera central telefónica automática, conocida como la central Roma, que entraría en funciones dos años después, con capacidad para conectar diez mil líneas. Al año siguiente, para concluir el conflicto en la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, S. A., ésta fue adquirida por la International Telephone and Telegraph Co. (ITT), con lo que pudo competir en un mismo nivel con la Ericsson.
Las redes telefónicas crecieron de tal manera por el aumento del número de suscriptores que, para distinguir los teléfonos de cada compañía, se decidió que la Ericsson utilizara exclusivamente dígitos, mientras que la otra compañía usaría dígitos y letras.
En 1925 el Gobierno Federal celebró un convenio para tender el cableado telefónico entre México y Estados Unidos. La Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, S.A. obtuvo la concesión para explotar el servicio de larga distancia, un año después la Ericsson obtendría la suya. Obviamente, el despegue del servicio de larga distancia fue inmediato.
El 29 de septiembre de 1927 la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, S. A., enlazó la primera conferencia telefónica entre un presidente mexicano, el general Plutarco Elías Calles, y uno norteamericano, Calvin Coolidge. Poco después, el 29 de noviembre, se inauguró la línea telefónica entre México y Canadá.
El 1 de julio de 1928 tuvieron éxito los esfuerzos por lograr una comunicación telefónica con Europa. "Señor Valenzuela: habla Estrada. Tengo mucho gusto en saludarlo", fueron las primeras palabras transmitidas entre México y Europa, mediante un sistema que consistía en una combinación de líneas telefónicas de tierra y circuitos radiotelefónicos a través del Atlántico. La conversación se inició entre el licenciado Genaro Estrada, subsecretario de Relaciones Exteriores, y el licenciado Valenzuela, ministro plenipotenciario en la Gran Bretaña. Otro éxito más de la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana.
En el nuevo servicio telefónico transoceánico se incluyeron la ciudad de México, Querétaro, San Luis Potosí, Saltillo, Monterrey, Tampico y Nuevo Laredo, localidades que se podrían comunicar, en Europa, con Inglaterra, Escocia, Gales, Alemania, Holanda, Bélgica, Francia, Suecia y Dinamarca. Con España se entró en contacto el 30 de noviembre.
Inicialmente este servicio se limitaba de las 6:30 a.m. a las 10:00 p.m., hora de México; muy pronto, 30 mil de los 60 mil aparatos telefónicos instalados se conectaron al servicio internacional. Hasta esos momentos los únicos países de América con los que se había logrado establecer comunicación telefónica eran Estados Unidos, Canadá y Cuba. No fue sino hasta 1930 cuando se enlazaron Norte y Sudamérica gracias al circuito, transmisor y receptor entre la Compañía Internacional de Radio (de Argentina) y la American Telephone and Telegraph Co. (de Estados Unidos).
Por otra parte, en la ciudad de México funcionaban 14 centrales automáticas, en su mayoría de la compañía Ericcson: Apartado, Chapultepec, Roma, Valle, Coyoacán, Mixcoac, Madrid, Peralvillo, Portales, San Ángel, Condesa, Santa María, Tacubaya y Victoria.
A partir de esta etapa se aceleró la competencia entre la L. M. Ericsson y la ITT, con el incremento de sus conflictos. Por lo que, en junio de 1936, el presidente Cárdenas comunicó a ambas compañías su obligación de enlazar sus líneas y combinar sus servicios, sustentando su orden en razones de interés público.
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D) NACE TELÉFONOS DE MÉXICO
En los años 40, el fomento de las inversiones privadas y el gasto público, destinado en su mayor parte a obras de infraestructura, dieron origen a un proceso de industrialización acelerado. Bajo este marco, el 23 de diciembre de 1947, se constituyó una de las empresas más trascendentes en la historia del México contemporáneo: Teléfonos de México, S. A. (TELMEX).
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E) LA NUEVA TECNOLOGÍA
La venta de acciones al público dio liquidez a TELMEX, aumentando su servicio y calidad al tiempo que se convertía en una empresa de capital mexicano. Cuando en 1962 se puso en órbita el satélite Telstar, de la Bell y la NASA, el sistema de microondas se instaló en el país y, a través de él, TELMEX hizo posible la primera transmisión desde Cabo Cañaveral, Estados Unidos, hacia México.
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F) EXPANSIÓN DE LA EMPRESA
Con gran rapidez, la Empresa enfrentó grande retos en materia de telecomunicaciones y, al mismo tiempo atendió la enorme demanda del servicio de larga distancia al establecer el sistema de larga distancia automática (LADA) para que los suscriptores hicieran sus llamadas de teléfono a teléfono. Una razón más de orgullo fue el nombramiento de TELMEX como la segunda empresa en desarrollo a nivel mundial.
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D) NACE TELÉFONOS DE MÉXICO
Desde 1936 se ordenó la fusión de líneas de las dos principales compañías telefónicas de México, sin embargo, el proyecto se suspendió debido a la Segunda Guerra Mundial que afectó a la mayoría de las empresas transnacionales. Además los avances tecnológicos separaban a las empresas, pues mientras Ericsson aumentó de cinco a seis las cifras de sus números telefónicos en 1940, la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, S. A., adoptó este sistema hasta 1946. Con lo que el 2 de agosto de ese año el gobierno anunció el enlace definitivo de las líneas de ambas telefónicas. Con esta comunicación entre ambas empresas y la situación económica tan favorable por la que atravesaba el país, fue posible que, el 23 de diciembre de 1947, se constituyera una de las empresas más trascendentes en la historia del México contemporáneo: Teléfonos de México, S. A. (TELMEX).
